Los ejércitos se han ordenado y todo está listo.
La batalla se desencadenará de un momento a otro. Debes combatir.
Al hacerlo, pon tu espíritu, corazón y cuerpo en ello. Lucha centrado, incansablemente, día y noche si es preciso. Vigila tus cuatro direcciones.
Una vez avanzar y otra retroceder. Una vez atacar y otra defender. Sé un continuo cambio de un animal a otro, de un elemento a otro. Agua contra roca. Fuego contra metal. Madera contra tierra. Así, no serás encasillado y serás imbatible.
Combate sin ira. Si ésta se apodera de ti, no importa lo que hagas, estarás perdido. te convertirás en aquello que combates y el lado oscuro te tendrá en sus filas.
Empuña tu sable y entra en batalla. Luego de vencer, retírate en silencio. Nada hay por lo que alegrarse. Nada hay que festejar.
La muerte siempre trae lágrimas. Lágrimas por lo que algún día consideraste tuyo y ya no está. No porque tú lo quisiste sino porque el destino así lo decidió. Nunca olvides eso.
últimamente no puedo dejar de llorar. es tanta la pena que siento que creo que me secaré y nunca más tendré lágrimas para nadie. ¿Cómo el sentir algo tan lindo puede doler tanto? ¿Cómo el querer a alguien con todo lo que eso implica, con sus defectos, virtudes, mañas y bloquismos puede hacer tanto daño? Misterio. Por lo pronto, me desahogo. Sé que en algunos días todo volverá a la rutina, volveré a mi vida diaria y tendré varios asuntos que resolver y varias personas con las que debo encontrarme.
Eso. no ando muy inspirada. quería contar mis vacaciones, mis semanas en la playa, mis maravillosos días con mis mejores amigos... pero ahora no puedo. hasta un próximo momento.