miércoles, 28 de diciembre de 2011

Situación: fin de año.

Uf. Llegó el momento. Temido, pero infinitamente necesario: el recuento final del año.
Familia, estudios, amores varios, decepciones varias, alegrías muchas, noches en vela, ramos aprobados. En fin. Muchas cosas han pasado para mí este 2011, un año increíble. 
De partida, cambiarse de universidad, de carrera, de círculo de amigos. El año pasado no terminó en muy buenos términos, tanto así que es un período que me duele aún recordar y procesar. Lo tengo un poco bloqueado de mi sistema. Pero éste...partió increíble. Cumpliendo 21 años me vi entrando a mi segunda carrera, que amo con la vida, que estoy segura es lo que vine a hacer a este mundo. A pesar de lo mucho que me costó darme cuenta de que lo que hace un par de años quería no era para mí, sino tan solo una hermosa idealización de mi vida, hoy agradezco más que nada, más que ninguna otra decisión que haya tomado antes, el haberme arriesgado a partir de cero.
Son esos miedos, el susto al cambio, al qué dirán (que irremediablemente todos tenemos un poco arraigados en el sistema) los que al final nos llevan a tomar decisiones que al principio podemos creer que son erradas, pero siempre, siempre, nos llevarán a algo mejor o a algo que tenemos que vivir. Al menos en mi caso fue así. Si no hubiera estudiado lo que estudié antes, hubiera vivido con la duda de "qué hubiera pasado si", "qué hubiera hecho si", etc,etc.
El vivir con esas dudas e incertidumbres es al final mucho peor que sentir que perdiste un año. Porque el tiempo nunca se pierde, sino que se gana para cosas diferentes. Cosas que nos puede costar años darnos cuenta que nos sirvieron, pero que así será sin duda. Es lejos lo más difícil que tenemos que aprender en la vida.
Los primeros 6 meses de universidad  de este año los pasé casi todos estudiando. Ventana o tiempo libre que tenía, lo usaba para leer, pasar en limpio, repasar, etc. Para mí era muy importante esa reconciliación conmigo misma respecto al estudio, y sentir que académicamente, sí me la podía. Y claramente, tuvo sus frutos, me fue increíble en cuanto a las notas, amé cada ramo que tuve, cada cosa que aprendí y casi todos los profesores que conocí. Algo que no me pasó el año pasado, si no todo lo contrario. Fue decepcionante, creí que me iría bien, que me felicitarían, que amaría Derecho, que amaría la universidad, que amaría a mis compañeros, que amaría vivir en Viña, que me titularía y trabajaría y toda mi vida sería perfecta.
PERO, esos grandes peros imprevistos y nunca bienvenidos, hicieron que toda mi organizada y preparada vida cambiara, se desarmara. Odié la carrera, odié la universidad, no encajé con ninguno de mis compañeros, odié vivir lejos de mi gente (aunque paradójicamente ahora cada vez que me siento estresada voy a Viña por el día a la playa, son cosas que pasan jaja), claramente no me titulé, definitivamente en Leyes es algo que no trabajaría y absolutamente mi vida no es perfecta.

Pero en fin.... este ha sido un año de grandes cambios. Creo que me reconcilié conmigo totalmente, ahora me gusta estar sola, me gusta estar conmigo misma, me gusto yo como soy, me siento orgullosa de haber tomado las decisiones que tomé, las cosas que cambié, las cosas que dije y las cosas que callé.
El segundo semestre conocí amigos increíbles. Incluso, sin miedo a equivocarme, diría que serán mis amigos para la vida. El Felipe, lo amo con la vida, es increíble lo distintos que somos y creo que eso mismo hace que lo quiera tanto y que seamos tan importantes el uno para el otro... ya quiero crecer y cumplir todas las metas que nos hemos propuesto. La Javi, la Katy, amigas que se fueron formando con el tiempo, sin forzar nada, sin apresurar nada. Simplemente nos fuimos conociendo y queriendo con el paso de los días, de los almuerzos, de las clases y horas compartidas. Ahora, son una parte primordial en mi vida, definitivamente. Se arraigaron a mi corazón y cada día me instan a seguir cultivando esa amistad que espero nunca se acabe.
En fin, he aprendido de ellos, y creo que ellos han aprendido de mí. Algo que es fundamental en una amistad, es el mutuo aprendizaje, siempre. Es lo que a nosotros nos falta y lo que carecemos lo que buscamos en el otro, y cuando lo encontramos, aunque sea difícil, no debemos dejarlo ir. Es... como ir encajando piezas de algo, algunas sobran, otras no están, algunas se demoran y demoran en encontrarse, a otras les falta tan solo un pedacito pero encajan en todo el resto, otras les sobra una parte y hay que pulirlas...son imperfecciones que hace de nuestra búsqueda, algo maravilloso.

A veces, solo hace falta mirar hacia atrás y aprender de lo errado, para luego enfocarse en el ahora y proyectarse hacia el futuro. No mucho sin embargo... por extraño que suene viniendo de mí, a veces las sorpresas pueden resultar mil veces mejor que las cosas que planeas y anhelas.

Un muy buen año, en síntesis. Un año que recordaré. Y mucho.

D.